domingo, 24 de mayo de 2015

Opinión de los autores sobre los aspectos enunciados

AUTOR
ASPECTO
GABRIEL GARCIA MARQUEZ
WILLIAM OSPINA
HECTOR ABAD
EDUCACIÓN Y CIENCIA            
La educación y su necesidad de transformación para que de paso a la ciencia, a la creación de conocimiento. 

Una educación que sea inconforme, porque solo en la inconformidad e irreverencia puede generarse la creatividad y el planteamiento de nuevas posibilidades, que la energía creadora de a que somos portantes pueda expresarse de las formas más sublimes, y seamos capaces de reflexionar nuestras realidades y así construir una sociedad nueva, con el poder creativo y la verraquera que es tan colombiana. 
Una educación que esté libre de herencias y conceptos morales para que  pueda revindicar la dignidad del ser humano, y con ello el rol, el papel que cada uno ha de desempeñar en el funcionamiento de la sociedad, desde los saberes y conocimientos que emancipan al alma.

La ciencia como contraparte de la moralidad pretende acceder a la realidad de la manera más directa posible, así los preceptos religiosos y sus explicaciones de los fenómenos pierden toda validez ante el hecho científico.

Las políticas públicas de Colombia  propenden por una educación homogeneizadora que evita el desarrollo dela individualidad y del avance de la ciencia, por diversos problemas como el tomar en cuenta encuestas de las mayorías, de aquellos que tampoco han podido acceder a una educación de calidad y mucho menos han podido hacer ciencia.

La educación y la ciencia en Colombia, siguen quedando fuera del alcance de las mayorías, porque estas deben esforzarse en sobre vivir, el estudio es un lujo y dedicarse a la ciencia una actividad casi utópica y a la que quienes se entregan deben aceptar vivir en la pobreza.
ESTADO (GOBIERNO, SISTEMA DE JUSTICIA, EJERCITO, SERVICIOS
Quien más que nuestro nobel Gabriel García Márquez, quien sufrió  el derecho a estar en su país por el ejercicio de poder expresar sus ideas y tener que ser huésped de otra nacional como México quien la da la bienvenida y el derecho a vivir sin el afán de participar, cuando hablamos de gobierno se nos viene entonces a la mente el concepto de política y entendiendo esta como la simple forma de participar en el estado o lugar en el cual vivimos y participamos,  entonces por qué sentirnos cuestionados por expresar nuestras ideas si no somos más que  como cualquier otro ciudadano  y no poder hacerlo,  ese es el fruto de pensar diferente, hoy no menos igual con la gran diferencia que hay que callar.
Como manifiesta nuestro escritor, William Ospina, ¿Qué gobiernos nos han tocado?, cuál ha sido la causa para que la administración de los recursos no se la mejor, porque siempre nuestros gobernantes buscan los intereses partículas y no los beneficios de una comunidad que ingenuamente permite que todo esto pase y suceda, una comunidad en la que su participación siempre es en forma pasiva, que l vincularnos en forma activa no crea más que inseguridad y desconfianza, es hora de ser miembros de una comunidad participativa y gestora de la administración de nuestra riqueza.
No puedo, no puedo dejar pasar en este espacio de participación al comentar la lectura de Héctor Abad, por lo demás muy fuerte en el ejercicio de calificar los patrimonios culturales, pero a lo que me refiero es que en el congreso nuestros padres de la patria, los que nos generan las leyes, tienen en ocasiones mayor discusión si se debe o no decretar una fiesta del orden de la identidad desde el ejercicio de un congreso, perdón si soy un poco crítico, esta no es una función de ellos, la legislación es mucho más que eso, es mucho más que pasar proyectos de ley para generar fiestas `nacionales como patrimonio, padres de la patria favor dejar esto en manos de quien hoy tiene la crítica de Héctor Abad del ministerio de Cultura y su encuesta poco orientada.

PAIS (GEOGRAFIA)
El autor nos permite imaginar en sus letras la hermosura de nuestras tierras en la época de la colonia, describe nuestro país en la esquina de los dos grandes océanos se extendían cuarenta mil leguas cuadradas, que Colón entrevió apenas en su cuarto viaje, y que hoy lleva su nombre: Colombia. Lo habitaban desde hacía unos doce mil años varias comunidades dispersas de lenguas diferentes y culturas distintas, y con sus identidades propias bien definidas.

Me gusta la idea de vernos en el ejercicio geográfico desde la conquista, no solo del territorio Colombiano, sino de todo Latinoamérica, ver que la multi- formación racial y de etnias se debe a toda esa mezcla de culturas y de tan variado rincones de la tierra,  en especial el tema geográfico de nuestros afrodescendientes y sus orígenes como se enuncia desde el África, por eso aunque directamente nuestro novel no lo describe, implícitamente nos lleva en un espacio de la imaginación como suela hacerlo los grandes escritores a todos los rincones de nuestra geográfica desde la bella forma del mestizaje e intercambio de culturas y costumbres
El autor en sus letras percibe a Colombia como un hermoso país, con mucho más territorio que las grandes ciudades europeas, y que por esta razón debería estar a la altura de las mismas.
Reflexiona sobre la mezquindad de los espacios públicos y que en Colombia los parques son diminutos o inaccesibles, las perspectivas urbanas, los sistemas de transporte mínimamente operantes, la necesidad de un metro en una ciudad de ocho millones de habitantes como Bogotá, y realiza una crítica frene a la iglesia católica y los gobernantes como responsables de estas carencias.
Nuestro escritor William Ospina nos llena pienso a mi juicio por un vacío imaginario de cómo debemos estar ubicados en nuestra geografía y al igual que la lectura de nuestro novel esta desde el punto de la conquista,  y lo más interesante es que tenemos toda una riqueza por lo demás incalculable pero con el infortunio que no hemos sido los más sanos y sensatos al momento de tener que aprovechar su beneficio y todos lo que nos brinda, entonces decir que hace un vacío por la geografía en particular nos quedamos cortos, nos muestra por lo demás todo el ámbito geográfico nacional del cual somos participes y no sabemos cosechar
Abad realiza un análisis sobre una encuesta, la cual tiene diferentes esferas sociales comprendidas en ella, frente al tema de país el autor constantemente lo aborda desde una óptica variada, pues Colombia es eso, variedad, implícitamente se puede entender características como su variedad de climas, culturas y floral fauna.
Si hay algún patrimonio obviamente natural, y no cultural, es éste. Aunque la incultura pueda destruir la biodiversidad, o la cultura ayude a apreciarla o preservarla, la biodiversidad, en sí, como las esmeraldas en bruto o las mariposas libres, es un recurso natural, no cultural, aunque susceptible de ser explotado culturalmente.
Recordar nuestras fechas patronales y nuestras festividades desde el punto de vista regional, ensambla el poder de la cultura y de la identidad de cada una de nuestras regiones, refrescar ese concepto de identidad hoy nos pone en duda con solo determinar si es una fiesta más del argot popular, en el que lo importante ya no es compartir el concepto cultural sino todo lo contrario el ejercicio del consumo desmedido de bebidas, y preguntarnos ¿eso es la fiesta? Pues a mi juicio la fiesta si es identidad, pero debe estar en nosotros el sentido del respeto por la identidad y la costumbre de nuestras regiones y comunidades
NACION
(LA GENTE)
En su escrito nuestro Nobel inicia recordadondonos que en la época de la conquista los españoles se encontraron con unos indígenas nobles, y organizados, ya para el cuarto viaje de Colón nos menciona el autor, Colombia se encontraba habitada desde hacía unos doce mil años por varias comunidades de diferentes lenguas y culturas, pero con identidades propias y bien definidas, y aunque no tenían aún una noción de estado, ya habían descubierto la manera de vivir como iguales en las diferencias.
Identificados por su creatividad sus alfareros, artesanías y sus riquezas las cuales para ellos no tenían más que un valor cosmológico y artístico, pero para los españoles era la razón y la fuerza de la Conquista y la Colonia.
Luego de un siglo, los españoles conformaron un país centralista y burocratizado donde el racismo y la crueldad predominaban, comienza el mestizaje a crecer en número y en diversidad, pero no en fuerza e igualdad.
El autor describe nuestra nación conformada por una comunidad creativa, espontanea, intuitiva, autodidacta, trabajadora, y con deseo de superación, pero a la vez señala que estamos arraigados al pasado y nos falta generar transformaciones que nos saquen de ese conformismo y nos permita abrir la mente para mostrar un mejor camino a las nuevas generaciones, necesitamos creer en nuestros dirigentes, valorar la vida por sobre todas las cosas y nos invita a  reflexionar sobre quiénes somos, y cuál es la cara con que queremos ser reconocidos en el tercer milenio.
Afirma que nuestra nación está dada para el cambio social, y que la educación será su órgano maestro.
“Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos”.
La reflexión de William Ospina, hace una fuerte crítica a la alianza innoble de los poderes eclesiásticos con los poderes gubernamentales, y atribuye que nuestra nación esta históricamente educada en el racismo, la intolerancia, la falta de libertad de expresión, la avaricia, y todo aquello que conlleva a la violación de los derechos humanos.
Nos menciona La participación y el ejemplo de los grandes mandos gubernamentales y eclesiásticos, que formaron ciudadanos con pensamientos egoístas y ambiciosos que sin quererlo vamos transmitiendo a las nuevas generaciones.
Alega que nuestra nación está llena de riquezas que no aprovecha y que sus gobernantes  no encaminan hacia el progreso y bienestar social, Ospina nos hace una comparación con países más pequeños y con menos recursos, pero bien dirigidos, y que utilizan lo poco que tiene en pro del ciudadano, donde  éste es  considerado el principal destinatario de la inversión pública y el  descanso, la recreación, y los encuentros de la comunidad son parte principal de la agenda de gobierno y de las obras públicas.
Critica fuertemente que apenas a finales del siglo XX, los administradores pensaron en la comunidad ofreciendo espacios para la recreación y la cultura, instalando sistemas de transporte mínimamente operantes.
Abad menciona en su escrito la pérdida de las raíces culturales e identidad que va surgiendo dentro de una comunidad a medida de los años, bien sea por el auge del momento o por los cambios que se van dando a manera global.
El autor expone la seriedad, la responsabilidad y la claridad que deben tener las Instituciones gubernamental en especial EL Ministerio de Cultura, ya que su trabajo se refleja en el progreso de la comunidad y el hecho de no tener claridad en su alcance y fundamentación de su cobertura, conlleva a que existan muchos fenómenos o prácticas culturales que no representan ningún beneficio social, y si por el contrario contribuyen con algunas problemáticas importantes que sufre nuestra nación.

En el artículo se recalca también que la cultura popular debe poder crecer y desarrollarse de manera espontánea, sin ningún tipo de intervención estatal.
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EXPRESIONES CULTURALES (CULTURA)
Gabriel García Márquez nos habla de las expresiones culturales de nuestros antepasados, ricas por sus rituales, tradiciones y diversidad. Expresiones que se fueron perdiendo ante la opresión del hombre blanco, pero que aún hoy en día en nuestra formar de vivir se evidencia que guardamos mucho más de ese hombre indígena amable, colorido y alegre, que del hombre blanco cuadriculado, dominante y ultra conservador.

William Ospina nos habla de lo sobrevalorada que está la cultura en nuestro entorno, por culpa de la falta de visión e inversión de los gobernantes. Comparados con los países europeos, en Colombia no se adecuan los escenarios o los espacios para fomentar el esparcimiento, la recreación, el arte o las expresiones culturales, lo que se considera un acto de mezquindad y refleja el pensamiento aristócrata de la colonia.
Para Héctor Abad, el término “cultura” es todo aquello que producen los seres humanos y los seres humanos son esos entes biológicos que producen cultura. Sin embargo el autor plantea que aunque todas las expresiones populares pueden considerarse expresiones de la cultura, y toda actividad humana, es susceptible de ser un fenómeno cultural, deben ser los expertos los que decidan que manifestaciones culturales deben apoyarse y favorecerse por parte del gobierno y las instituciones.

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