AUTOR/IMAGEN
|
DATOS IMPORTANTES
|
HECTOR ABAD
FACIOLINCE
|
Nació en Jericó, Antioquia, 1921 - Medellín, el 25 de agosto de 1987 fue un
médico, ensayista, político y especialista en Salud Pública colombiano. Fue
asesinado en Medellín, tras amenazas por sus denuncias contra grupos
paramilitares, quienes venían cometiendo crímenes selectivos de líderes sociales,
tanto en Antioquia como en toda Colombia.
Hizo sus estudios de secundaria en Sevilla, Valle del Cauca, estudió
medicina en la Universidad de Antioquia de Medellín e hizo la Maestría en Salud
Pública en la Universidad de Minnesota.
Forjador de ideas para mejorar la salud de los colombianos, promovió la fundación de la Escuela de Salud
Pública, hoy llamada Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia. En
la década de 1960 y 1970,
fue profesor de la facultad de medicina de la Universidad de Antioquia, en el
departamento de medicina preventiva; sin embargo sus pronunciamientos sobre
las condiciones de vida de los grupos pobres, en Medellín y en Colombia,
además de muchas de sus ideas de izquierda, le granjearon fuertes enemistades
con otros colegas, compañeros de facultad y directivas de esa época en la citada
universidad; ello llevó a que en varias ocasiones debiera
"asilarse" como médico, bajo la protección de la Organización
Mundial de la Salud (O.M.S.), en países asiáticos, en donde continuó sus
labores en favor de los grupos marginados.
Realizó en Colombia importantes proyectos de salud que mejoraron el nivel de vida de los colombianos: la creación del año
rural obligatorio para los médicos recién graduados, las promotoras rurales
de salud, las primeras campañas masivas de vacunación antipoliomelítica. También participó en la fundación de la Universidad
Autónoma Latinoamericana, UNAULA, en la ciudad de Medellín, en el año de
1966, junto con personalidades de la vida nacional como Alfonso López Michelsen,
Justiniano Turizo Sierra, Jaime Sierra García, Virgilio Vargas Pino, Fabio
Naranjo Ochoa, Gilberto Martínez Rave, Luciano Sanín Arroyave, Ramón Emilio
Arcila Hurtado y otros. Fue el primer presidente de esta nueva Universidad y
también fue su profesor durante varios años.
Algunas de sus obras son: Algunas consideraciones sobre salud pública
en el departamento de Antioquia (1947), Nociones de salud pública (1969),
Pasado, presente y futuro de la salud pública (1969), Visión del mundo
(1970), Manual de poliatría: El proceso de los problemas colombianos (1971),
Cartas desde Asia (1973), Caracterización del desarrollo científico en
Colombia y su relación con la Salud Pública (1986), Relaciones
profesores-estudiantes en la Facultad de Medicina de la Universidad de
Antioquia (1986), Un programa de salud para Colombia (1986), Teoría práctica
de la salud pública (1987), Currículo vitae: Héctor Abad Gómez (1987), Manual
de tolerancia (1988).
|
GABRIEL GARCIA MARQUEZ
|
Gabriel García Márquez nació en
Aracataca (Magdalena), el 6 de marzo de 1927. Creció como niño único entre
sus abuelos maternos y sus tías, pues sus padres, el telegrafista Gabriel
Eligio García y Luisa Santiaga Márquez, se fueron a vivir, cuando Gabriel sólo
contaba con cinco años, a la población de Sucre, donde don Gabriel Eligio
montó una farmacia y donde tuvieron a la mayoría de sus once hijos.
Los abuelos eran dos personajes
bien particulares y marcaron el periplo literario del futuro Nobel: el
coronel Nicolás Márquez, veterano de la guerra de los Mil Días, le contaba al
pequeño Gabriel infinidad de historias de su juventud y de las guerras
civiles del siglo XIX, lo llevaba al circo y al cine, y fue su cordón
umbilical con la historia y con la realidad. Doña Tranquilina Iguarán, su
cegatona abuela, se la pasaba siempre contando fábulas y leyendas familiares,
mientras organizaba la vida de los miembros de la casa de acuerdo con los
mensajes que recibía en sueños: ella fue la fuente de la visión mágica, supersticiosa
y sobrenatural de la realidad. Entre sus tías la que más lo marcó fue
Francisca, quien tejió su propio sudario para dar fin a su vida.
En 1947, presionado por sus
padres, se trasladó a Bogotá a estudiar derecho en la Universidad Nacional,
donde tuvo como profesor a Alfonso López Michelsen y donde se hizo amigo de
Camilo Torres Restrepo. La capital del país fue para García Márquez la ciudad
del mundo (y las conoce casi todas) que más lo impresionó, pues era una
ciudad gris, fría, donde todo el mundo se vestía con ropa muy abrigada y
negra. Al igual que en Zipaquirá, García Márquez se llegó a sentir como un
extraño, en un país distinto al suyo: Bogotá era entonces "una ciudad
colonial, (...) de gentes introvertidas y silenciosas, todo lo contrario al
Caribe, en donde la gente sentía la presencia de otros seres fenomenales
aunque éstos no estuvieran allí".
El estudio de leyes no era propiamente su pasión, pero logró
consolidar su vocación de escritor, pues el 13 de septiembre de 1947 se
publicó su primer cuento, La tercera resignación, en el suplemento Fin de
Semana, nº 80, de El Espectador, dirigido por Eduardo Zalamea Borda (Ulises),
quien en la presentación del relato escribió que García Márquez era el nuevo
genio de la literatura colombiana; las ilustraciones del cuento estuvieron a
cargo de Hernán Merino. A las pocas semanas apareció un segundo cuento: Eva está dentro de un gato.
En la Universidad Nacional
permaneció sólo hasta el 9 de abril de 1948, pues, a consecuencia del
"Bogotazo", la Universidad se cerró indefinidamente. García Márquez
perdió muchos libros y manuscritos en el incendio de la pensión donde vivía y
se vio obligado a pedir traslado a la Universidad de Cartagena, donde siguió
siendo un alumno irregular. Nunca se graduó, pero inició una de sus
principales actividades periodísticas: la de columnista. Manuel Zapata
Olivella le consiguió una columna diaria en el recién fundado periódico El
Universal.
A principios de 1950, cuando ya tenía muy adelantada su primera
novela, titulada entonces La casa, acompañó a doña Luisa Santiaga al pequeño,
caliente y polvoriento Aracataca, con el fin de vender la vieja casa en donde
él se había criado. Comprendió entonces que estaba escribiendo una novela
falsa, pues su pueblo no era siquiera una sombra de lo que había conocido en
su niñez; a la obra en curso le cambió el título por La hojarasca, y el
pueblo ya no fue Aracataca, sino Macondo, en honor de los corpulentos árboles
de la familia de las bombáceas, comunes en la región y semejantes a las
ceibas, que alcanzan una altura de entre treinta y cuarenta metros.
En febrero de 1954 García
Márquez se integró en la redacción de El Espectador, donde inicialmente se
convirtió en el primer columnista de cine del periodismo colombiano, y luego
en brillante cronista y reportero. El año siguiente apareció en Bogotá el
primer número de la revista Mito, bajo la dirección de Jorge Gaitán Durán.
Publicó dos trabajos en la revista: un capítulo de La hojarasca, el Monólogo de Isabel viendo
llover en Macondo (1955),
y El coronel no tiene quien le
escriba (1958). En
realidad, el escritor siempre ha considerado que Mito fue trascendental; en
alguna ocasión dijo a Pedro Gómez Valderrama: "En Mito comenzaron las
cosas".
En ese año de 1955, García Márquez ganó el primer premio en el
concurso de la Asociación de Escritores y Artistas; publicó La hojarasca y un extenso reportaje, por
entregas, Relato de un náufrago, el cual fue censurado por el
régimen del general Gustavo Rojas Pinilla, por lo que las directivas de El
Espectador decidieron que Gabriel García Márquez saliera del país rumbo a
Ginebra, para cubrir la conferencia de los Cuatro Grandes, y luego a Roma,
donde el papa Pío XII aparentemente agonizaba. En la capital italiana
asistió, por unas semanas, al Centro Sperimentale di Cinema.
En 1967
apareció Cien años de soledad, novela cuyo
universo es el tiempo cíclico, en el que suceden historias fantásticas:
pestes de insomnio, diluvios, fertilidad desmedida, levitaciones... Es una
gran metáfora en la que, a la vez que se narra la historia de las
generaciones de los Buendía en el mundo mágico de Macondo, desde la fundación
del pueblo hasta la completa extinción de la estirpe, se cuenta de manera
insuperable la historia colombiana desde después del Libertador hasta los
años treinta del presente siglo.
En la
madrugada del 21 de octubre de 1982, García Márquez recibió en México una
noticia que hacía ya mucho tiempo esperaba por esas fechas: la Academia Sueca
le otorgó el ansiado premio Nobel de Literatura. Por ese entonces se hallaba
exiliado en México, pues el 26 de marzo de 1981 había tenido que salir de
Colombia, ya que el ejército colombiano quería detenerlo por una supuesta
vinculación con el movimiento M-19 y porque durante cinco años había
mantenido la revista Alternativa, de corte socialista.
Después del
Nobel, García Márquez se ratificó como figura rectora de la cultura nacional,
latinoamericana y mundial. Sus conceptos sobre diferentes temas ejercieron
fuerte influencia.
Tras años de
silencio, en 2002 García Márquez presentó la primera parte de sus memorias, Vivir para contarla, en la que
repasa los primeros treinta años de su vida. La publicación de esta obra
supuso un acontecimiento editorial, con el lanzamiento simultáneo de la
primera edición (un millón de ejemplares) en todos los países
hispanohablantes. En 2004 vio la luz su novela Memorias de mis putas tristes. Tres años
después recibió sentidos y multitudinarios homenajes por doble motivo: sus 80
años y el 40º aniversario de la publicación de Cien años de soledad.
Falleció el 17 de abril de 2014 en la ciudad de México, tras de una recaída
en el cáncer linfático por el que ya había sido tratado en 1999.
|
WILLIAM OSPINA
|
William Ospina es un escritor innato, nació el 2 de marzo de 1954 en Padua,
Herveo-Tolima, (Colombia).
Sus facultades
se vislumbran cada vez que uno de sus libros es publicado. A diferencia de
muchos que escriben poco, éste se caracteriza por escribir entre cuatro y
tres libros llenos de ensayos por año. Además de ello, últimamente ha dejado
leer sus poemas, en los cuales se nota el gran sentido que para el autor
tienen, la naturaleza y la universalidad.
Conocedor exiguo de la obra de Borges y Márquez, tanto así que fue el primer autor en leer “Vivir para contarlo” de Gabo, antes de su publicación, fuera de eso es un amante de esas literaturas que para muchos son extrañas e incluso recónditas, entre líneas citadas, se remite a autores que rara vez se nombran por otros escritores. Qué increíble capacidad la de este autor para abordar sus escritos, y qué fascinante creación la de ellos mismos a su vez. Desde hace un tiempo son publicados sus ensayos en la revista “Cromos”. Allí promueve ideas que estimulan la reflexión, de muchas personas seguidoras de su obra, con respecto a infinidad de temas. Su imaginación, al igual, que su creación no tienen límites. A esto se le atribuye su inmensa capacidad de producción literaria, algunos adeptos a sus ideas y a sus escritos, aseguramos con certeza y seguridad, que allí en esos bellos relatos, esta el que en unos años será, el nuevo Nobel para la literatura colombiana. En sus libros, deja ver esa inclinación y esa admiración que tiene por la cultura oriental, pareciera como si en sus ideas valiera más esa misticidad propia de dicha cultura, que a los occidentales nos parece tan confusa y extrema, que la misma civilización a la cual pertenece. Es por ello que sus ideas son fuertemente cuestionadas, motivo por el cual lo han rotulado como soñador e idealista. Sus ensayos se acompañan, por nombres y fechas concretas, elementos que otros escritores no abarcan con tal facilidad, por ejemplo, menciona con exactitud los nombres de todas las tribus americanas antes del descubrimiento, incluso se remite a los nombres de algunos de sus caciques, así como a los nombres de esos primeros cronistas que la España trajo a cuestas en momentos de la colonización; de igual manera lo hace con las cruzadas, de ellas menciona las rutas y los siglos precisos. “ello en distintos ensayos, -la cruz y la media luna- y -la conquista-” Como si esto fuera poco, es uno de los pocos que realiza análisis poéticos tan precisos y valederos, tanto así que en ”el llamado de la tierra” uno de los ensayos publicados en “la herida en la piel de la diosa”, se atrevió a descifrar poemas de José Manuel Arango, un poeta al que describe, como un escritor que no vino a satisfacer ningún público, pero que si lo hizo para enriquecer el lenguaje. En 1992 ganó el Premio Nacional de Poesía del Instituto Colombiano de Cultura con el libro El país del viento. En 2003 obtuvo el Premio de Ensayo Ezequiel Martínez Estrada de Casa de las Américas por su libro Los nuevos centros de la esfera. Entre sus obras se cuentan: Es tarde para el hombre, 1992; ¿Dónde está la franja amarilla?, 1996; Las auroras de sangre, 1999; La decadencia de los dragones, Alfaguara 2002; América mestiza, Aguilar 2004. Reunió todos sus libros de poemas en el volumen Poesía 1974-2004 de Ediciones de Arte Dos Gráfico. Es socio fundador de la revista Número. Su traducción completa de los sonetos de William Shakespeare fue publicada en Buenos Aires en 2003. |
JOSÉ ALBERTO MUJICA
CORDANO
|
Político
Uruguayo, nacido en Montevideo el 20 de mayo de 1935),
conocido como Pepe Mujica,
fue el 40.º Presidente de Uruguay entre 2010 y 2015.
Con un pasado guerrillero, fue
elegido diputado y senador para posteriormente ocupar el cargo de ministro de
Ganadería, Agricultura y Pesca entre
2005 y 2008. Fue el líder del Movimiento de Participación Popular,
sector mayoritario del partido de izquierda Frente Amplio, hasta su renuncia el 24 de mayo de 2009.
Desde 2005 está casado con la
senadora y dirigente histórica del Movimiento de Participación Popular Lucía
Topolansky (1944- ), tras una prolongada
convivencia.
Su padre era un pequeño estanciero
que se encontró en quiebra poco antes de morir, en 1940, cuando Mujica tenía
seis años. Cursó sus estudios primarios y secundarios en la escuela y liceo
público del barrio donde nació. Terminado el ciclo básico, ingresó a
preparatorios de Derecho en el Instituto Alfredo Vásquez Acevedo,
ciclo que no llegó a terminar.
A la edad de 13 años, y hasta los 17,
comenzó a practicar ciclismo corriendo en representación de varios clubes y en todas las
categorías.
Su tío materno, Ángel Cordano,
proveniente de Carmelo,
era nacionalista y tuvo influencia sobre la formación política de Mujica. En 1956,
conoció al entonces diputado nacionalista Enrique Erro por vía de su madre, militante de su sector. Desde entonces, comenzó a
militar para el Partido Nacional, donde llegó a ser secretario
general de la Juventud del mismo.
En las elecciones de 1958 triunfa por
primera vez el Herrerismo y Erro fue designado ministro de Trabajo siendo acompañado por Mujica
en esa época, aunque sin llegar a ser funcionario del Ministerio.
En 1962, Erro y Mujica abandonan el
Partido Nacional para crear la Unión Popular, junto al Partido Socialista del Uruguay y un pequeño grupo llamado Nuevas Bases. En esas elecciones postulan a Emilio Frugoni como candidato a presidente de la República, perdiendo rotundamente
las mismas con un 2,3 % del total de los votos.
En los años sesenta se integró al Movimiento de Liberación
Nacional-Tupamaros, con el que participó en operativos guerrilleros, al tiempo que
trabajaba en su chacra hasta que, requerido por la policía, se refugió en la clandestinidad.
Durante el gobierno de Jorge
Pacheco Areco la
violencia fue en aumento. El Poder Ejecutivo utilizó reiteradamente el
instituto constitucional de las medidas prontas de seguridad para hacer frente a la guerra de
guerrillas, así como a la creciente oposición de sindicatos y gremios frente a
sus políticas económicas.
En enfrentamientos armados fue herido
de seis balazos. Fue apresado cuatro veces y, en dos oportunidades, se fugó
de la cárcel de Punta. En total, Mujica pasó casi quince años de su vida
en prisión. Su último período de detención duró trece años, entre 1972 y
1985. Fue uno de los dirigentes tupamaros que la dictadura
cívico-militar tomó
como «rehenes», lo que significaba que serían ejecutados en caso de que su
organización retomara las acciones armadas. En esa condición, pautada por el
aislamiento y por duras condiciones de detención, Mujica permaneció
once años. Entre los rehenes también se encontraba Eleuterio Fernández Huidobro,
actual ministro, y el líder y fundador del MLN-Tupamaros, Raúl Sendic.
Luego del retorno a la democracia
salió en libertad, beneficiado por la Ley n. º 15.737 del 8 de marzo de 1985, que decretó una amnistía de delitos políticos, comunes y militares conexos con estos,
cometidos a partir del 1. º De enero de 1962.
Tras algunos años de la apertura
democrática creó, junto con otros referentes del MLN y otros partidos de
izquierda, el Movimiento
de Participación Popular (MPP), dentro del Frente
Amplio. En las elecciones
de 1994 fue
elegido diputado por Montevideo. Manifestó sentirse «como un florero» al
comenzar su actividad parlamentaria.7 No obstante, su presencia en la arena política fue llamando la
atención de la gente, ya que Mujica supo capitalizar el descontento. En las elecciones de 1999 fue elegido senador. Simultáneamente,
su sector político apuntaba a una estrategia de acumulación. Ese año se
publicó el libro Mujica,
de Miguel
Ángel Campodónico, donde se recogen la vida y pensamiento del guerrillero convertido en
político.
El 1 de marzo de
2005 el presidente de la República, Tabaré Vázquez, lo
designó ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca.
El 25 de octubre de 2009, Mujica ganó con
una votación cercana a la mitad del total de votos válidos, lo cual le valió
disputar el balotaje contra Luis Alberto Lacalle el 29 de noviembre. Ese día fue
electo presidente con un porcentaje superior al 52 % de los votos
emitidos y a la noche dirigió un mensaje a la ciudadanía en la que llamó
entre otras cosas a vencer los prejuicios.
José Mujica vive en una austera chacra a las afueras de Montevideo propiedad de su esposa, habiendo declinado ocupar la Residencia Presidencial de Suárez y Reyes, usada
únicamente para actos oficiales. Su estilo de vida humilde queda reflejado
además en el uso de un Volkswagen Escarabajo de
1987 como medio de transporte. El 90 % de su sueldo (260.259 pesos uruguayos en
2012) lo dedica a proyectos de ayuda contra la pobreza.
Las creencias religiosas de Mujica
han sido objeto de interés y especulación por parte de la prensa. En una
entrevista con la BBC ocurrida en noviembre del 2012 afirmó: «No tengo
religión, pero soy casi panteísta: admiro la naturaleza».
Desde fines de 2013, el laureado
realizador cinematográfico Emir Kusturica se encuentra abocado a la tarea de
filmar un documental sobre la vida de José Mujica, a quien considera «el
último héroe de la política».
|
EDUARDO
GALEANO
|
(Eduardo Hugues Galeano;
Montevideo, 1940 - 2015) Escritor y periodista uruguayo cuya obra,
comprometida con la realidad latinoamericana, indaga en las raíces y en los
mecanismos sociales y políticos de Hispanoamérica.
Se inició en el periodismo a
los catorce años, en el semanario socialista El Sol, en el que publicaba
dibujos y caricaturas políticas que firmaba como Gius. Posteriormente fue
jefe de redacción del semanario Marcha y director del diario Época. En 1973
se exilió en Argentina, donde fundó la revista Crisis, y en 1976 continuó su
exilio en España.
Regresó a Uruguay en 1985,
cuando Julio María Sanguinetti asumió la presidencia del país por medio de
elecciones democráticas. Posteriormente fundó y dirigió su propia editorial
(El Chanchito), publicando a la vez una columna semanal en el diario mexicano
La Jornada. En 1999 fue galardonado en Estados Unidos con el Premio para la
Libertad Cultural, de la Fundación Lanna.
Su obra, traducida a más de veinte lenguas, es una perpetua y
polémica interpretación de la realidad de América Latina, estimada por muchos
como una radiografía del continente. Galeano es, sin duda, uno de los
cronistas de trayectoria más incisiva, inteligente y creadora de su país. Una
de sus obras más conocidas es Las venas abiertas de
América Latina, un análisis de la secular explotación del
continente sudamericano desde los tiempos de Colón hasta la época presente
que desde su publicación en 1971 ha tenido más de treinta ediciones.
En dos ocasiones obtuvo el premio Casa de las Américas: en 1975
con su novela La canción de nosotros y en 1978 con el testimonio Días y noches de amor y de
guerra. En la primera obra, La canción de nosotros, abordaba el complejo tema de
la lucha armada y la relación entre las fuentes culturales populares y la
militancia de izquierdas de la pequeña burguesía.
La segunda, Días y noches de amor y de guerra, es una crónica
novelada de las dictaduras de Argentina y Uruguay, aunque hay continuas
referencias al entorno latinoamericano. En ella se relatan las vivencias de
un periodista en un país aplastado por el poder militar y paramilitar en un
período atroz, marcado por la violencia ejercida sobre los discrepantes. Sin
embargo, junto al horror de amigos que desaparecían en ocasiones "por
error" y otras simplemente por pensar por sí mismos, están el amor, los
amigos, los hijos, el paisaje, todo aquello que aun en la oscuridad de una
guerra sucia y despiadada contra los más débiles sigue siendo motivo para
vivir, defender las ideas y alzar la voz contra los que actuaban impunemente
para implantar el miedo y la consiguiente paralización. En la primera página
ya se anuncia: "Todo lo que aquí se cuenta, ocurrió. El autor lo escribe
tal como lo guardó en su memoria. Algunos nombres, pocos, han sido
cambiados". Aunque los hechos son, pues, dolorosamente reales, están
contados con sobriedad, sin llegar al regodeo y la autocompasión.
Su trilogía Memoria del fuego, que combina elementos de la
poesía, la historia y el cuento, está conformada por Los nacimientos (1982), Las caras y las máscaras
(1984) y El siglo del viento (1986),
y fue premiada por el Ministerio de Cultura del Uruguay y también con el
American Book Award, distinción que otorga la Washington University. La obra
es una cronología de acontecimientos culturales e históricos que proporcionan
una visión de conjunto sobre la identidad latinoamericana. Por su audaz
mezcla de géneros y su talante crítico es quizá una de las obras más
ilustrativas de la labor de Galeano.
En Memoria del fuego, Eduardo Galeano lleva a cabo una
revisión de la historia de Latinoamérica desde el descubrimiento hasta
nuestros días, con el propósito de enfrentarse a la "usurpación de la
memoria" que él denuncia en la historia oficial. Se trata de un texto de
carácter híbrido, entre el relato y el informe, entre la recopilación de
poemas y la transcripción de documentos, entre la descripción de los hechos y
la interpretación de los movimientos sociales y culturales que los sustentan.
Excepto la primera parte de Los nacimientos, titulada "Primeras voces",
la obra se estructura como un mosaico de breves textos independientes que,
sin embargo, encajan y se articulan entre sí para formar un cuadro completo
de los últimos quinientos años de la historia de América, siempre desde la
perspectiva de los desheredados y buscando la diversidad en los temas, las
voces y los estilos. Cada uno de estos textos va encabezado por el año y el
lugar en el que tiene lugar el episodio que se narra. Al pie del mismo se
citan las obras que documentan los datos allí recogidos.
El criterio que se sigue para
la ordenación de estos fragmentos es estrictamente cronológico, mientras que
el criterio geográfico es intencionadamente ignorado, para mejor conseguir la
impresión de unidad de la historia americana, más allá de unas fronteras a menudo
fijadas en función de intereses ajenos a las verdaderas realidades nacionales
y a golpe de guerra fratricida o de abuso imperialista.
Por otra parte, Galeano huye
explícitamente de la imparcialidad; no busca la construcción de un discurso
aséptico en el que los hechos y las gentes queden igualados por una mirada
presuntamente objetiva. Su pretensión, y sin duda su logro, es reflejar el
drama de América en su multidimensionalidad: el juego del poder; la lucha de
los oprimidos en pos de su emancipación; la creación de un arte y una
literatura genuinos, más allá del mimetismo colonial; las transformaciones
sociales y económicas; la evolución de las relaciones interamericanas y con
el exterior, etc. El punto de vista es abiertamente partidista, rechazando todo
aquello que ha instalado a América Latina en una subordinación que se
pretende inevitable y la brutal explotación y el aniquilamiento a que han
sido sometidos los pobres de todo el continente, incluyendo a los marginados
del Norte poderoso y opulento, sean indios, negros, chinos o chicanos.
Escritor prolífico, la obra de Eduardo Galeano abarca los más
diversos géneros narrativos y periodísticos. Otros títulos suyos a destacar
son Los
días siguientes (1962), China, crónica de un desafío (1964), Los fantasmas de día de León (1967), Guatemala, país ocupado (1967), Nosotros decimos no (1989), El libro de los abrazos (1989), Las palabras andantes (1993), El fútbol a sol y sombra (1995), Las aventuras de los jóvenes
dioses (1998), Patas arriba. La escuela del
mundo al revés (1999), Bocas del tiempo (2004)
y Espejos. Una historia casi
universal (2008).
|
domingo, 24 de mayo de 2015
Biografía, vida y obra de los autores estudiados en la Unidad III
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario